El alma del restaurante es la interconexión del salón y la cocina, formando un espacio unificado donde todo el mundo lo ve todo y nada está oculto.

La pared de ladrillos es el único recuerdo visible, conservado al original, el resto está cubierto y reestructurado con la ayuda del mix de diversos materiales.

Los tableros melamínicos, son la ventaja de estos espacios que deben reacomodarse, contribuyendo con el mobiliario creando sutilezas y trabajando con materiales como el vidrio, acero, hierro, surgen el mostrador, mesas o el muro con la biblioteca, dibujando un mural con composiciones morfológicas.

Los colores madera y la iluminación industrial, son los protagonistas de este ambiente comercial, logrando unidad, modernidad, calidez y síntesis visual.

FUENTE: FOTOS POR JAKUB SKOKAN, MARTIN TUMA /BoysPlayNice.